"Cuando se está en el set, especialmente en las sesiones de fotos de moda, el tiempo es dinero”, comenta la renombrada fotógrafa de moda y retratos, Lindsay Adler. "“A veces, debes tomar fotos hasta el último segundo que tienes en este lugar, el que has alquilado por muchos miles de dólares. En el segundo en que se acaba el tiempo en ese lugar, debes irte, si no se te factura un importe adicional elevado. Por eso, en el último segundo posible, gritaré: ‘¡hemos terminado!’, para que nuestros pasantes o asistentes guarden todo. A veces tienen que empacar tan rápido que se olvidan de que los discos están conectados, entonces estas se estrellan contra el suelo con todo lo que fotografiamos ese día. Ellos se paralizan, probablemente pensando que voy a enojarme, pero siempre les digo: ‘Solo vuelvan a conectarlo, denle un vistazo y asegúrense de que todo esté bien’. Como utilizo los discos SanDisk Professional, nunca ha habido ningún problema. Nunca. Solo compro equipos que son durables y confiables por esa precisa razón”."
A los 15 años, Adler comenzó a fotografiar a las personas habituales, hizo sesiones para amigos y familiares, cubrió bodas, fotografió a recién nacidos, a estudiantes de secundaria avanzados, y demás. Pronto, preguntó a todos los fotógrafos profesionales a su alrededor a qué universidad ir y qué estudiar.
Adler recuerda, "cada uno de ellos me dijo que no estudiara fotografía. Que estudiara negocios. Cualquiera puede tomar buenas fotografías, pero se requiere experiencia y conocimiento para llevar adelante un negocio exitoso”."
Tomó la mitad de sus consejos y llegó a la Universidad de Syracuse, donde estudió fotografía y negocios. Sin embargo, no fue hasta casi el final de la universidad que tomó una clase de fotografía de moda. La clase cambiaría su vida. Supo que había encontrado su pasión. Dedicarse a las bellas artes no era suficiente. Adler ansiaba el desafío adicional de tomar la visión de alguien más e infundirle su propio talento y creatividad para generar algo más grande.
Después de estudiar fotografía de moda en Londres, Adler regresó a su casa en el norte del estado de Nueva York para dirigir un estudio de retratos mientras trabajaba para convertirse en fotógrafa de moda en la ciudad de Nueva York los fines de semana. Pasaba sus noches trabajando hombro a hombro en editoriales de moda y bodas. Adler también comenzó a forjar una segunda carrera como instructora.